Ese mismo verano, los dos holandeses que se habían enfrentado llevaron a su selección hasta la final de la Copa del Mundo. Allí se toparon con la mejor Selección Española de la historia y no pudieron superarlos, los Xavi, Iniesta, Casillas y cia ganaron a la selección naranja en la prorroga cuando los técnicos ya hacían sus cuentas para la tanda de penaltis. Robben había fallado un mano a mano o más bien, San Iker se lo había desbaratado. Segunda decepción en menos de dos meses para Arjen Robben. Wesley al menos tenía la Champions.
En 2012 el Bayern vuelve a llegar a la final de la Champions League, después de eliminar al Madrid en semis, se la juega contra un Chelsea bastante rácano, basado en su defensa, en su portero Cech y en lo que cace el marfileño Drogba habían ganado al Barca en semifinales siendo muy inferior a ellos. El Bayern ya es un equipo maduro, con Robben y Ribery como estandartes y con jóvenes emergentes como Muller o Toni Kroos ya asentados. Esa noche, los alemanes dominan totalmente el juego, pero no definen. Arjen Robben vuelve a sufrir un cruel momento cuando Peter Cech le detiene un lanzamiento de penalti en la prorroga del encuentro. El Chelsea acabaría ganando la copa en los penaltis.
En mi opinión el Bayern ha alcanzado su punto más alto de madurez durante esta temporada. A los estandartes y los jóvenes nombrados anteriormente se les suma el español Javi Martínez, aportando más equilibrio al centro del campo. Todos ellos han convertido al Bayern en una máquina perfecta de fútbol. Con 25 puntos por encima del Borussia, segundo clasificado en la Bundesliga, finalista de la Copa de Alemania (aún no jugada), arrollando a cualquiera a su paso en Champions League, para muestra el 7-0 en el global contra el F.C. Barcelona...
Ayer el Bayern de Munich volvía a una final de la Champions, tercera final en 4 años. Ocasión perfecta para el equipo bávaro para la redención. Y no solo para el equipo como entidad, también para el citado Robben y otras piezas claves como Schweinsteiger o Lahm que también participaron en las citadas finales perdidas. Y no defraudaron, los de rojo sufrieron pero ganaron a su ansiada orejona, que para los no entendidos es uno de los motes de la Champions League debido a la forma de sus asas. El destino quiso que el hombre de la noche fuese Arjen Robben, que a pesar de marrar varias ocasiones claras de gol, dio el pase del primero de la noche y anotó el gol definitivo cuando el minuto 90 asomaba en el videomarcador. Fue el rostro más perseguido por las cámaras tras el pitido final, su alegría con el gol y en la celebración posterior demuestra lo que ha sufrido, y por supuesto también demuestra que esta gran copa compensa todo lo pasado. Ya la tenéis.
