martes, 24 de septiembre de 2013

Recuperar los colmillos

Febrero de 1985, nace un futuro cachorro en Rincón de Soto, un cachorro de león, nadie lo sabía pero no tardaron en darse cuenta. Se convirtió en cachorro a los once años y fue creciendo y demostrando su fútbol en las categorías inferiores del Athletic de Bilbao. Gente de fútbol y varios clubes ya empezaban a conocer a Llorente, ese delantero grande pero no falto de técnica. De hecho hasta se dice que tuvo la oportunidad de volar hacia algún club importante antes de cumplir la veintena, pero no, todavía no. El sería feroz.

Con diecinueve años se convierte en león. Debuta con el primer equipo del Athletic de Bilbao, y debutó para quedarse. Permanecería en la manada varios años, sin hacer mucho ruido, metido entre la muchedumbre. Son años duros para todos los leones, no solo para él. Años de líderes con los colmillos limados y de reyes muy cansados: Etxebe y Guerrero necesitaban un reemplazo. Guiar al Athletic requiere y desgasta mucho.

El Rey León (Foto: Vavel.com)
En la temporada 09-10 unos jóvenes leones, algunos casi cachorros, encuentran el rumbo, empiezan a orientarse y avanzan sin miedo. Después de varios años de hambre, una octava plaza en el campeonato liguero corresponde a un festín de la mejor carne de la sabana. Sin rey a la cabeza de esta manada, el joven Llorente es lo más parecido a ello. Vuelve a ser máximo goleador del equipo por tercera temporada consecutiva con 14 goles, además de 8 en Europa.

Al final de esa temporada, en 2010, sus goles tienen premio y Fernando es convocado para ir a Sudáfrica con la Selección Española a jugar la Copa del Mundo. Ese viaje devolvería un Rey a San Mamés. África fue testigo de cómo Fernando Llorente se convertía en El Rey León. Los centrales portugueses, temibles guerreros, tuvieron que vérselas en octavos de final con una criatura feroz que salía al campo en el minuto 58. Un “niño” no había podido con ellos, mejor probar con el rey de la selva. Y se coronó…mordió, sujetó, peleó y fijó a los guerreros…y se los comió. Todos recordaremos esos grandísimos minutos. Dentro de la tensión y emoción del partido recuerdo que pensé: “que jodidamente bueno es este tío, es el Rey León” Luego vino la locura con el gol de Villa.

Con la Copa del Mundo entre las garras, Llorente volvió junto a los suyos, y no había dudas, era el líder del grupo, un grupo joven que lo aceptó como tal y lo siguió. Son los dos mejores años de la manada y de su Rey. 18 zarpazos en forma de gol y la clasificación para la Europa League en la primera y 17 en liga y subcampeonatos de Copa del Rey y Europa League en la segunda. Los leones se exhibían por Europa tumbando a rivales de la talla del Manchester United y el de las zarpas más grandes rasgaba 7 veces las porterías rivales.

En el verano de 2012 cambia todo. En la Eurocopa de Polonia-Ucrania no juega ni un minuto. Yo estuve en un par de partidos en Gdansk, contra Irlanda y contra Croacia. Contra estos últimos el murmullo de la grada en ocasiones decía: “¿Porque no saca a Llorente? Es el mejor delantero que tenemos…algo pasa, algo pasa” Al final acabamos paseándonos por Ucrania con falso nueve y todo se olvida. Ese mismo verano el rey expresa su deseo de confiar la manada a otro león, tiene ganas de nuevas aventuras y en Italia puede comenzar un gran viaje, completamente irrechazable. El club no permitió la salida de Fernando y por ciertas causas (no entro en polémicas) Llorente apenas contó para Bielsa. El rey ya no era tal, le habían quitado su corona, le limaron las uñas y los colmillos…lo más flagrante es que ningún compañero tenía las garras ni los colmillos necesarios para ocupar su lugar.

La presente temporada Fernando Llorente ha llegado a Italia, a la Vechia Signora. Imagino que se ha llevado toda la ilusión del mundo: una liga atractiva que va a más después de unos años flojos, uno de los clubes más laureados de Italia, vigente campeón y con aspiraciones a ganarlo todo. Y Fernando encaja ahí, yo estoy seguro. Aún lejos de su manada, un rey es un rey. Hacer una gran temporada en Italia además, le puede servir como pasaporte al mundial, una motivación extra.

Sorprendentemente en las 3 primeras jornadas de liga Llorente juega 4 minutos y ninguno en la primera jornada de Champions. Que decepción. Conte tiene oportunidades para meterlo y no lo mete, marcadores adversos o no favorables, pero nada…Esto creo que ya lo he vivido…

El domingo por la tarde cogí la tablet para echarle un vistazo a los resultados del día como suelo hacer cuando hay partidos y lo vi. “Juventus 2 – Hellas Verona 1. Goles de Tévez y de Llorente…espera espera, ¿de Llorente? ¿Qué ha jugado? ¡Qué grande!” Me hizo ilusión saber que había marcado. Había jugado su primer partido de titular en liga italiana y había mojado, confirmando la remontada de los bianconeros. Además de marcar (un gol muy suyo, gran remate) he escuchado y leído que hizo un notable partido. La verdad es que me alegro mucho y espero que este sea el punto de inflexión que haga que juegue, que gane y que marque mucho…que afile sus garras, que recupere sus colmillos.

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